Están todos los muertos creando una cortina,
es azul púrpura con refajos de cintas negras.
Danzan en la luz de la penumbra
donde mi voz no alcanza a pronunciar los nombres.
Está la señora de blanco con moño de canas apagadas
y el señor del sombrero saluda con sonrisas.
Hay un perro de ladridos fantasmales
jugando al lado del niño que no llora.
Surge una luz que parecen velas.
Se crea un musical sonido de testigos
en una nube mojada por el llanto.
Yo bailo junto a ellos enlazado de las manos
Son mis muertos cantando detrás de la cortina.
No hay viento, no hay frio; no hay miedo.
Son mis muertos ofreciendo compañia.
4 comentarios:
Bienvenido a este Puerto, muchos veleros aplaudieron tu llegada.
Un fuerte abrazo
Gracias amiga por dejar que mi barca ancle en tus orillas.
Un verdadero placer
Pedro Pablo
Pedro bello poema, un abrazo Gus.
Pedro, un poema bello que reconforta.
besos
Elisabet
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